viernes, 27 de marzo de 2009

AR, nuestra O

De orígenes humildes, se escapó de casa a los 13 años y hoy posee una fortuna valorada en 1.500 millones de dólares, en 1985 fue nominada al Oscar como mejor actriz de reparto, ha escrito libros, es dueña de la productora Harpo Studios, tiene una revista, una página web, una tienda online, una fundación benéfica y su talk show es el más longevo de la historia de la televisión norteamericana. Sin duda, Oprah Winfrey es mucho más que una comunicadora. Es una poderosa e influyente estrella mediática, un ejemplo paradigmático del sueño americano.

Aunque menos dramática e inspiradora, la historia de nuestra Ana Rosa Quintana es también la de una mujer que se ha hecho a sí misma. Después de estudiar periodismo en la Universidad Complutense de Madrid, trabajar en varias emisoras de radio y en las cadenas Antena 3 y Telecinco, presenta en esta última su propio magazine matinal, El programa de Ana Rosa, que lleva ya cuatro años en antena. Es dueña de Cuarzo Producciones, participa en varios proyectos solidarios, es la editora de su propia revista y es posible que haya escrito algún libro.

The Oprah Winfrey Show, que lleva emitiéndose desde hace más de veinte años, se graba con público en directo. Las historias más dramáticas, en ocasiones, demasiado sentimentaloides, se mezclan con los comentarios de la presentadora, que además da consejos a sus teleespectadores. Una de las secciones del espacio televisivo es The Oprah’s Book Club, en la que recomienda libros que acaban convirtiéndose en éxitos de ventas, como La carretera, de Cormac McCarthy o Los pilares de la tierra, de Ken Follett.

En El Programa de Ana Rosa, líder de audiencia, la presentadora y sus colaboradores, entre los que se encuentran personajes del calibre de la heroína postmoderna Belén Esteban y el Conde Lecquio, tratan temas de actualidad de lo más variado. Desde la dimisión del ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, hasta la última expulsión de Gran Hermano, pasando por el testimonio de una joven que sufrió abusos sexuales por parte de su padrastro desde los seis a los catorce años.

No obstante, las ambiciones de estas dos mujeres no se quedan sólo en el plató. Oprah también ha hecho alguna que otra aparición en la gran pantalla, e incluso fue nominada al Oscar por El color púrpura, de Steven Spielberg. En televisión, la popular presentadora hace un cameo en un capítulo de la tercera temporada de Rockefeller Plaza, en el que se interpreta a sí misma. Ana Rosa Quintana, por su parte, participó en el doblaje de Los Increíbles, estrenada en 2004.



Tina Fey y Oprah Winfrey, en una escena del capítulo


Presente también en Internet, Oprah tiene su propia página web, que sigue la misma línea que su programa de televisión. Posee además una tienda online en la que pueden adquirirse desde teteras hasta cojines, pasando por ropa para hombre, mujer, niños o perros. Y en cuanto al terreno editorial, cuenta con una colección de libros escritos y es la editora de la revista O, the Oprah Magazine, en la que aparece en todas las portadas, casi siempre, en solitario.


Esta ególatra práctica es también seguida por Ana Rosa, que además de ser la editora de su propia revista, AR, también disponible en versión online, ha dirigido la colección de libros de cine de Nickelodeon y escribió Sabor a hiel, una novela sobre el maltrato a las mujeres para la que contó con el trabajo de Danielle Steel, Ángeles Mastretta y un estrecho colaborador suyo. En fin, ¿para qué irse a Estados Unidos a buscar referentes comunicativos si la tenemos a ella?

Entre las dos portadas de las revistas podemos apreciar alguna que otra similitud

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