domingo, 17 de mayo de 2009

El deshonor de Irene Walker

Hace poco vi El honor de los Prizzi, una película de John Huston que cuenta la historia de una de las familias más poderosas de la mafia neoyorquina. Charley Partanna (Jack Nicholson) es un asesino a sueldo al servicio del clan, al que se incorpora después de jurar defender su honor, aunque para ello deba arriesgar su propia vida. Los Prizzi le advierten, además, que la violación del juramento supone la muerte, sin ningún tipo de juicio o de advertencia previa.

A Charley no le resulta excesivamente difícil cumplir con el juramento, pero todo se complica cuando conoce a Irene Walker (
Kathleen Turner), una enigmática rubia que había sido contratada por la familia para eliminar a alguien que los había traicionado. Irene miente desde el principio, diciéndole a Charley que es asesora fiscal, pero cuando éste descubre la verdad ya es demasiado tarde: se ha enamorado de ella. Instado por Maerose Prizzi, la hija de uno de los capos de la familia con la que estuvo casado años atrás y que sigue enamorada de él, el sicario se casa con Irene de forma más o menos precipitada.

Charley e Irene, el día que se conocen


Tal vez el personaje de Irene Walker no sea demasiado popular ni demasiado relevante para la historia del cine – ni siquiera puedes hacerte fan de ella en Facebook -, pero lo cierto es que para mí fue uno de los alicientes que me llevaron a ver la película. Sí, me hizo bastante gracia el nombre y sentí curiosidad, así que no me quedaba otra.

Y aunque supongo que mi predisposición influyó de alguna manera, lo cierto es que el personaje de Irene me pareció realmente singular. Se trataba de una mujer ambiciosa, manipuladora, con la sangre lo suficientemente fría como para no permitir que nada la apartara de sus objetivos y con una gran habilidad para sobrevivir en un mundo tan propiamente masculino como es el de la mafia, en el que las mujeres siempre quedan relegadas a un modesto y doméstico segundo plano.

Irene colabora en los trabajos de los Prizzi, formando equipo con Charley e incluso aportando ingeniosas ideas para su resolución. Sin embargo, todo se tuerce cuando la pareja de recién casados debe enfrentarse a su misión más importante: asesinarse el uno al otro por haber traicionado, cada uno por separado, a la familia. A partir de ese momento, ambos deberán decidir qué es lo más importante para ellos: ¿el honor de los Prizzi? ¿El dinero? ¿El amor? ¿Encontrar la forma más rápida y eficaz de acabar con su cónyuge… o de huir de él?

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