sábado, 2 de mayo de 2009

Masoquismo amateur

Odio las comedias románticas. Creo que son lo peor que ha hecho Hollywood por el amor y las relaciones de pareja. Supongo que el hombre que escribió la primera de todas era un novio despechado al que su novia le había sido infiel con su monitor del gimnasio. Como respuesta, él decidió vengarse de ella y de todas las mujeres en general escribiendo una historia de amor en la que sus protagonistas se entregaran desde el primer día y donde todo acabase siendo feliz y perfecto. Con esta historia, todas las mujeres del mundo se harían ilusiones y saldrían a buscar a alguien que no existe en el mundo real, condenándolas para siempre a la frustración y a la desgracia. Bueno, más o menos.

El caso es que no puedo soportar estas películas, ni a la gente que se dedica a pedir que las pongan en el autobús que cojo cada semana para irme a mi casa. Da igual que la protagonice Sandra Bullock, Meg Ryan, Cameron Díaz o Jennifer Aniston, son todas la misma historia repetida una y otra vez. Para conocer el argumento, sólo hace falta ver la carátula: el hombre y la mujer que aparecen en ella se enamorarán perdida y rápidamente. Luego, él lo estropeará todo sin hacer nada malo en realidad, pero tendrá que llevar a cabo un gran acto dramático para que su retorcida y malpensada novia le perdone y puedan ser felices al fin.

No, no es que no me gusten las películas “de amor”, es sólo que yo prefiero las que acaban “mal”, las que cuentan la historia de un amor imposible. Películas como Casablanca, Breve encuentro, La edad de la inocencia o Brokeback Mountain, son las que logran conmoverme. Tampoco es que el argumento sea nada nuevo, al fin y al cabo, es la historia de Romeo y Julieta trasladada a diferentes escenarios, aunque generalmente sin tantas tendencias suicidas por parte de sus personajes.

Ilsa Lund y Rick Blaine dándose el último adiós en Casablanca


¿Por qué me gustan este tipo de películas? Porque cuando terminan siempre imagino el futuro de sus protagonistas, que saben que van a ser toda su vida unos desgraciados y que nunca querrán a nadie como a la persona a la que han perdido, pero con el consuelo de saber que, en alguna parte, alguien igual de desgraciado siente lo mismo. Sí, tal vez lo suyo nunca pueda ser, pero por eso mismo su amor nunca se desgastará ni acabará ahogado por la rutina. Qué le voy a hacer, me gusta sufrir con estas historias y con sus trágicos personajes, pero sólo el tiempo que dura la película, que conste. Una vez me levanto del sofá, vuelve a apetecerme seguir siendo feliz.

1 comentario:

  1. Muy buena esta entrada Irene. Estoy 100% de acuerdo contigo.. yo tampoco soporto las comedias románticas que tanto nos bombardean últimamente desde Hollywood. Ahora mismo me acuerdo de "Como perder un chico en 10 días" por favor... de verdad vaya bodrio.
    En cambio Breve encuentro de David Lean, esa sí es una buena película romántica.

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